La hipersomnia es un tipo de síntoma que consiste en la somnolencia excesiva o facilidad para conciliar el sueño en situaciones o momentos inapropiados. Afecta entorno al 4-6% de la población y conlleva problemas de concentración, memoria y alteraciones del estado de ánimo que pueden repercutir en las actividades y desarrollo de la vida diaria.
Trastornos en los que aparece Hipersomnia
La somnolencia excesiva puede aparecer como síntoma principal en diferentes trastornos del sueño:
- Sueño insuficiente y sueño fragmentado. La hipersomnia aparece como consecuencia de una ausencia de patrones regulares de sueño, escasez o despertares frecuentes que interrumpen la calidad del mismo.
- Narcolepsia. Es una enfermedad genética que cursa con ataques bruscos de entrada en sueño REM (hipersomnia), pérdida del tono muscular voluntario, parálisis del sueño e incluso alucinaciones.
- Hipersomnia idiopática. Se trata de la hipresomnia que, al contrario que la Narcolepsia, aparece sin una causa identificable.
- Síndrome de Kleine-Levin. Es un trastorno poco frecuente que ocurre en la adolescencia y que se caracteriza por una somnolencia excesiva acompañada de hiperfagia (comer en exceso), agresividad e hipersexualidad.
- Otras enfermedades. La hipersomnia, como síntoma, puede aparecer además en trastornos del sistema nervioso como encefalopatías, traumatismos, epilepsia; y psiquiátricas como la depresión.
¿Cómo se diagnostica la hipersomnia?
El primer punto de a valorar consiste en delimitar qué es normal y qué no en los patrones de sueño-vigilia del paciente. Posteriormente, es posible realizar estudios complementarios para observar con detalle las causas y el grado de afectación a través de diferentes técnicas.
- Polisomnografía. Se usa para monitorear las etapas y ciclos de sueño de un paciente para determinar la presencia de alteraciones que pueden atribuirse a los trastornos del sueño. Entre otras herramientas, utiliza el electroencefalograma para observar las ondas cerebrales y determinar a qué etapas del sueño llegó el paciente, cuánto duraron los ciclos y la duración de cada etapa.
- Test de latencias de sueño en siestas múltiples (TLSM). Registra la actividad cerebral, el movimiento ocular, mentón, electrocardiograma y respiración. Se realiza en el día posterior a la polisomnografía. Se usa en los casos de excesiva somnolencia diurna para comprobar la latencia de entrada en sueño y en fase REM. Además, es de gran utilidad para diferenciar el origen de la hipersomnia y distinguir entre narcolepsia o hipèrsomnia idiopáatica.
- Test de mantenimiento de la vigilia. Sirve para evaluar la capacidad que tiene el individuo para mantenerse despierto durante un periodo de tiempo.
- Registro de sueño nocturno. Basado en la opinión del paciente o de sus familiares.
- Escala de somnolencia de Epworth. Método de evaluación que consiste en el que el paciente se imagine en diferentes situaciones para determinar el grado de somnolencia que padece.
Tratamientos para la hipersomnia y los síndromes asociados
El tratamiento de la hipersomnia, de forma general, se planifica en función de la enfermedad o causa de base. Es decir, si el exceso de somnolencia es provocado por un trastorno depresivo, entonces se tratará de forma indirecta en el propio tratamiento de la depresión. Sin embargo, sólo se tratará de forma directa en los casos de narcolepsia e hipersomnia idiopática. En estos, lo más recomendable es el entrenamiento en pautas y cuidado del sueño guiado por el equipo de Psicología. Por otro lado y en función de la gravedad, el neurólogo podría valorar la posibilidad de pautar tratamiento farmacológico.
Referencias bibliográficas
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