La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en España, tras la enfermedad de Alzheimer; y también es considerada un problema sociosanitario de primer orden, dado su creciente prevalencia y la complejidad de su manejo.
¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
La EP es un trastorno neurodegenerativo que afecta el sistema nervioso de forma crónica y progresiva. Pertenece a los llamados Trastornos del Movimiento.
Se caracteriza por la pérdida o degeneración de neuronas en la sustancia negra, estructura localizada en la parte media del cerebro. Estas neuronas se encargan de producir la dopamina, neurotransmisor fundamental para que el movimiento del cuerpo se realice correctamente.
La falta de dopamina en el cerebro conlleva que el control del movimiento se vea alterado, los mensajes de cómo y cuándo moverse se transmiten de forma errónea, dando lugar a los síntomas motores típicos de esta enfermedad, como el temblor en reposo o la rigidez.
Otros neurotransmisores, como la serotonina, noradrenalina y acetilcolina, también se ven afectados por la EP, lo que nos explica la aparición de otros síntomas no motores.
Epidemiología
Afecta a hombres y mujeres por igual. En España se estima que puede haber cerca de 150.000 personas afectadas por la EP. Cada año se suman aproximadamente otros 20 nuevos casos, de cada 100.000 habitantes.
A partir de los 65 años de edad, el número de afectados aumenta estimando una proporción del 2% de los mayores de 65 años.
Causas
No se conoce la causa última de la EP. Pero, se considera que podría deberse a una combinación de una serie de factores, y a los derivados del propio envejecimiento del organismo. Estos factores serian:
- La edad: la edad de inicio de esta enfermedad está entre los 50-60 años.
- Factores genéticos: entorno al 15-25% de los pacientes con EP cuentan con algún familiar que ha tenido esta enfermedad. Aun con esto el 90% de los casos de Parkinson se producen de forma esporádica, sin deberse a alguna alteración genética concreta.
- Factores medioambientales: la exposición a ciertas toxinas ha causado síntomas parkinsonianos en circunstancias excepcionales. Otros factores ambientales aún no identificados también pueden causar esta enfermedad en personas con predisposición genética.
Síntomas de la enfermedad de Parkinson
La EP se presenta a través de una serie de síntomas motores y otros no motores. No todos los pacientes van a presentar los mismo síntomas, ni su evolución va a seguir el mismo curso. Pero la sintomatología más habitual nos encontramos:
Síntomas motores
- Temblor en reposo: hasta un 70% de los pacientes comienza con un temblor como primer síntoma. El temblor parkinsoniano es característico por ser un temblor que aparece cuando no se esta realizando ninguna tarea con la parte del cuerpo que tiembla.
- Bradicinasia: con este termino se refiera a la lentitud para realizar un movimiento. El paciente tardará en llevar a cabo una acción más tiempo de lo normal, y puede tener dificultades para iniciar un movimiento, o cesar bruscamente una actividad. Una forma de bradicinesia es la “marcha parkinsoniana”, un andar lento, a pasos cortos, arrastrando los pies y con una disminución o ausencia de braceo.
- Rigidez: constituye un aumento del tono muscular, es decir, los músculos están constantemente tensos y no se pueden relajar bien. Esto provoca:
- Reducción de la amplitud de los movimientos
- Dificultad para girarse en la cama o levantarse de una silla
- Dolor y calambres en las extremidades
- Disminución de la expresividad facial por la rigidez de la musculatura de la cara (hipomimia)
- Inestabilidad postural: con el avanza de la enfermedad los pacientes tienden a adoptar una postura encorvada, lo que provoca un desequilibrio y una inestabilidad. Todo esto genera un gran riesgo de caídas para el pacience.
Síntomas No motores
Menos conocidos que los anteriores, son una parte muy importante de la enfermedad, ya que pueden llegar a provocar graves interferencias en el día a día del paciente.
- Trastornos neuropsiquiátricos:
- Alteraciones del estado de ánimo: depresión, ansiedad y apatía.
- Alucinaciones e ideas delirantes
- Trastornos del control de impulsos: hipersexualidad, ludopatía, atracones, etc.
- Otros: puding, realizar una tarea o afición de forma adictiva; síndrome de disregulación dopaminérgica, tomar la medicación de forma compulsiva.
- Trastornos del sueño: muy frecuentes en esta enfermedad, problemas para conciliar el sueño, tener sueños muy vividos o tener el sueño fragmentado.
- Alteraciones del pensamiento y la memoria: hay un lentitud en el pensamiento o cambios en su razonamiento, memoria o concentración, y algunos pacientes desarrollan deterioro cognitivo. Este último afectaría a las funciones ejecutivas, la atención y la función visuoespacial.
- Trastornos autonómicos: puede existir una hipotensión ortostática o descenso brusco de la tensión arterial al levantarse; un aumento de la sudoración y seborrea, alteraciones de la función sexual y en la micción.
- Trastornos sensoriales: presencia de alteraciones en sus habilidades perceptivas y experimentar cambios en su percepción visual, auditiva, olfativa o táctil.
Formas de aparición
EP de Inicio Temprano
La EP también puede afectar a personas por debajo de los 50 años, lo que se denomina Parkinson de inicio temprano (EPIT).
Los síntomas motores y no motores van a ser diferentes a los de la EP habitual. Las fluctuaciones motoras como las discinesias o distonías pueden aparecer antes de en la EPIT, pero su progresión es más lenta. Los síntomas cognitivos son menos comunes y aparecen más tarde.
El impacto vital que supone ser diagnosticado de esta enfermedad tan joven quizás sea el mayor de los problemas. Este golpe afecta tanto a la persona como a las relaciones familiares, sociales y a la vida laboral; así como a las expectativas y planes de futuro del paciente.
EP Avanzada
Tras 5-8 años desde el comiendo del tratamiento, la mayoría de personas desarrollan complicaciones motoras y no motoras que no responden a la medicación de forma adecuada. En esta etapa es cuando hablamos del EP Avanzada (EPA).
La mayoría de los paciente que alcanzan esta etapa es pasados 10 años de evolución. En este punto el tratamiento farmacológico no tiene el efecto deseado y se van alternando etapas de buen y mal control sintomático.
Esto ocasiona una serie de fluctuaciones motoras, las más comunes:
- Deterioro fin de dosis, no dura el tiempo deseado
- Retraso de inicio de dosis, tarde en aparecer
- Fallo de dosis, no controla los síntomas
- Acinesia, incapacidad para iniciar un movimiento
La sintomatología no motora como las alteraciones cognitivas o del estado de ánimo, puede agravarse. Todo esto supone un aumento del nivel de dependencia.
Tratamiento de la enfermedad de Parkinson
Hoy día no se dispone de un tratamiento curativo para la EP. Esta enfermedad evoluciona de forma diferente en cada persona, por ello el tratamiento debe estar adaptado a las necesidades del paciente.
Farmacológico
La medicación se centra en restablecer el contenido de dopamina en el cerebro con el fin de mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes. Algunos de los fármacos más utilizados son:
- Precursores de la dopamina: levodopa
- Inhibidores de la MAO-B/COMT
- Antagonistas de la dopamina
- Antocolinérgicos
- Amantadina
Quirúrgico
Este tipo de tratamiento es indicado para las fases en la que los síntomas motores no pueden ser suficientemente mejorados con el tratamiento farmacológico.
La estimulación cerebral profunda (ECP), puede reducir algunos de los síntomas de la EP.
Terapia No Farmacológica
Este tipo de intervenciones son fundamentales para el manejo global de las personas con párkinson.
Las terapias rehabilitadoras en su conjunto han de ser adaptadas a las necesidades de cada paciente. Los principales objetivos que plantean son conseguir una mayor autonomía e independencia del paciente, que le ayude afrontar las dificultades en la vida diaria.
- Fisioterapia: mejora la calidad y la eficacia de los movimientos, el control postural, la marcha y la estabilidad; y reduce la espasticidad, los temblores y la fatiga.
- Logopedia: interviene en los trastornos de la comunicación, como alteraciones de la voz, audición, del habla, el leguajes y de las funciones oro-faciales y deglutorias.
- Terapia ocupacional: trabaja para mantener la autonomía personal y favorecer la participación de la persona para conseguir una mayor independencia en los diferentes ámbitos de la vida del paciente.
- Psicología: aborda los aspectos emocionales, cognitivos y conductuales alterados en el paciente, con el fin de reducir el impacto que tienen en su vida y en la de su entorno y familia.
En Nepsa Rehabilitación Neurológica contamos con profesionales del ámbito de la logopedia, la psicología, la neuropsicología y terapia ocupacional que pueden ayudar a las personas con este tipo de trastorno.
Referencias:
- de la Casa Fages, B., & Federación Española de Parkinson (FEP). Guía informativa de la enfermedad de Parkinson.Burgos: Federación Española de Parkinson.
- Federación Española de Parkinson. (s.f.). CONOCE LA ENFERMEDAD . Obtenido de esparkinson: https://www.esparkinson.es/espacio-parkinson/conocer-la-enfermedad/
- Grupo Andaluz de Trastornos del Movimiento. Sociedad Andaluza de Neurología . (2017). Recomendaciones de Práctica Clínica en la Enfermedad de Parkinson.Sevilla: Editorial Glosa.
- Kulisevsky Bojarski, J., & Fundación de la Sociedad Catalana de Neurología. Enfermedad de Parkinson. Guía terapéutica de la Sociedad Catalana de Neurología.Barcelona: Fundación de la Sociedad Catalana de Neurología.
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