¿Qué son las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas, necesarias para formular objetivos y planificar y poner en marcha el comportamiento necesario para adaptarse al entorno y para alcanzar las metas propuestas. Por ejemplo, algo tan usual como preparar una receta de cocina, implica un uso adecuado de estas funciones ejecutivas. Si fallan, nuestra conducta no será eficaz y por lo tanto, nuestros planes no se cumplirán como esperábamos.

Generalmente, estas dificultades se asocian a la lesión del lóbulo frontal, englobándose bajo el término Síndrome disejecutivo. La afectación de las funciones ejecutivas, además, es probable que se acompañe de síntomas emocionales, motivaciones y de comportamiento, así como déficits cognitivos en atención, lenguaje o velocidad de procesamiento, entre otras. 

Funciones ejecutivas, ¿cuáles son?

El término funciones ejecutivas comprende todos aquellos procesos fundamentales que ponemos en marcha en nuestro día a día. Estos son:

• Autoconciencia.Se refiere a la noción de unidad o sentido que tiene una persona de sí misma. Incluye conciencia de la totalidad de estados, impulsos, deseos, acciones internas y externas.
• Inhibición. Capacidad que nos permite controlar un impulso. Puede referirse al control de la acción antes de ponerla en marcha, a frenarla una vez ya ha empezado, o al control de distracciones. Está presente cuando, por ejemplo, estamos concentrados en una tarea y aparece algo que nos distrae. Nos lleva de vuelta a la tarea que realizábamos, ignorando la distracción.
• Memoria de trabajo. Espacio de almacenamiento y procesamiento utilizado para un uso específico y temporal.  Se refiere a la capacidad para tener un diálogo, verbal o en imaginación, con nosotros mismos sobre instrucciones y normas morales que guían nuestro comportamiento.
• Evaluación autodirigida. Es el razonamiento que nos permite, a partir de la motivación individual, hacer una valoración de costes y beneficios sobre el proceso necesario para conseguir nuestros objetivos.
• Planificación. Capacidad de generar, organizar y ordenar objetivos y desarrollar planes de acción para conseguirlos.
• Flexibilidad. Habilidad que facilita realizar cambios en algo que ya estaba previamente planeado, adaptándose a las nuevas circunstancias del entorno.
• Toma de decisiones. Proceso por el que se conciben una variedad de formas de hacer algo y se selecciona la que más probablemente alcanzará el objetivo dada su experiencia y su evaluación de costes y beneficios.
• Ejecución dual y multitarea. Capacidad de realizar dos tareas distintas al mismo tiempo prestando atención a ambas. Es en sí la capacidad de “hacer dos cosas a la vez” de forma eficaz y efectiva en las dos tareas.
  

  ¿Dónde encontrar afectación de las funciones ejecutivas?

  Existen diversas problemáticas asociadas al mal funcionamiento de las funciones ejecutivas, tanto en el adulto como en el niño. Según la literatura científica, es frecuente encontrarlas afectadas en mayor o menor medida, en las siguientes patologías:

  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
  • Trastornos relacionados con el espectro autista (TEA).
  • Deterioro cognitivo leve y demencias, como la demencia frontotemporal o la demencia tipo Alzheimer.
  • Síndrome del control motor y de la percepción.
  • Intoxicaciones por abuso de sustancias o como efecto secundario de algunos fármacos.
  • Psicopatologías como la depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de la conducta o la esquizofrenia.
  • Esclerosis múltiple.
  • Parkinson.
  • Lesiones cerebrales o tumores con localización en la parte frontal del cerebro. 

  ¿Es posible mejorar las funciones ejecutivas?

  Las funciones ejecutivas se pueden entrenar, igual que el resto de funciones cognitivas como la memoria, la atención o el lenguaje. La evidencia científica ha demostrado cómo la Estimulación cognitiva es una de las técnicas más eficaces para el tratamiento de su afectación. 

  Por consiguiente, la intervención consistiría en tareas de activación para poner en práctica esta función. Para ello, son necesarios ejercicios, adaptados a las preferencias e individualidad de la persona, que pongan en marcha estos procesos cognitivos. Un ejemplo para ejercitar la planificación y organización podría ser ordenar la secuencia necesaria para realizar  su receta de cocina favorita. 

  Por tanto, la rehabilitación de las funciones ejecutivas se hace posible gracias a este entrenamiento cognitivo y a la capacidad de neuroplasticidad que posee el cerebro. 

  ¿Tienes alguna duda sobre las funciones ejecutivas o su entrenamiento? En NEPSA Rehabilitación Neurológica estamos dispuestos a resolverlas. Contacta con nosotros a través de nuestra página o visítanos en la Calle Domingo de Soto, nº5 (Salamanca).

  Referencias bibliográficas:

  Anderson, N. D., Winocur, G., y Palmer, H. (2003). Principles of cognitive rehabilitation. A. P. W. Halligan, U. Kischka, y J. C. Marshall (Ed.). Handbook of clinical neuropsychology (48-69). Oxford: Oxford University Press.

  Castellanos, F. X., Sonuga-Barke, E., Milham, M. P., y Tannock, T. (2006). Characterizing cognition in ADHD: beyond executive dysfunction. Trends in Cognitive Sciences, 10(3), 117-123.

  Poletti, M., Cavallo, M., y Adenzato, M. (2017). Detecting dysexecutive syndrome in neurodegenerative diseases: Are we using an appropriate approach and effective diagnostic tools? Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, (1). https://doi.org/10.1136/jnnp-2016-314744