Antes de nada, y puesto que es la función más notblemente afectada en la enfermedad, haremos una breve introducción sobre qué es la memoria.
La memoria es la capacidad para recordar experiencias pasadas o conocimiento. No es algo, por supuesto, que implique solo a humanos, otras especies también disponen de esta capacidad.
Algunas personas tienen mejor memoria que otras. Unos pocos tienen una memoria excepcional, la mayoría la tiene normal, y otros pocos tiene peor memoria.
Memoria a corto y largo plazo
La memoria puede ser dividida en memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. La memoria a corto plazo es la que nos permite recordar algo por unos pocos minutos, a lo sumo, como lo que acabas de ver al cruzar la esquina o el color del jersey del amigo con el que te acabas de encontrar. La memoria a largo plazo almacena los datos de manera más duradera en el tiempo, por ejemplo la dirección de tu casa o tu DNI.
El punto en el que la memoria a corto plazo es transferida a la memoria a largo plazo se llama almacenamiento. Lo contrario, cuando traes algo desde la memoria a largo plazo hacia la memoria a corto plazo, es decir cuando recuerdas algo, el proceso se llama recuperación.
A su vez, la memoria a largo plazo se divide en tres subtipos:
Memoria procedimental: Son memorias de actos que realizas sin tener que pensar, son prcedimientos, como montar en bicicleta.
Memoria semántica: conocimientos que han sido adquiridos pero sin saber muy bien cuándo o donde; como cuando uno aprende que la capital de Francia es París, pero no sabe muy bien cuando lo aprendio ni donde, sólo lo sabe.
Memoria episódica: son las memorias personales de cada día, como el nombre de alguien, el número de teléfono, etc.
Cuando recordamos cosas traemos la información desde la memoria a largo plazo (cualquiera de sus tres subtipos) a la memoria a corto plazo. Si existen problemas para recordar puede que pasen al menos dos cosas: que hubiese fallos al memorizar, o al codificar como decimos técnicamente, y por tanto no haya almacenado correctamente, o que haya fallos para recuperar esa información. Si nos presentan a alguien y después no recordamos su nombre puede que cuando nos le presentaron no prestasemos mucha atención y no almacenasemos, por tanto, su nombre, o que si se almacenasemos pero tengamos problemas para que nos «salga» el nombre, como cuando tenemos las palabras en la punta de la lengua.
Memoria y Cerebro
Hay varias áreas cerebrales que tienen una mayor relevancia en el funcionamiento de la memoria:
En el Lóbulo Temporal existen tres estructuras de importancia para la memoria: el Hipocampo, que está asociado particularmente con la adquisición de nuevas memorias, y el Subcubiculo y Giro Dentado.
La Amígdala, cercana al hipocampo, está relacionada con los aspectos emocionales de la memoria.
El Diencéfalo, con dos estructuas implicadas, el tálamo y los cuerpos mamilares (cuando los pacientes alcohólicos pierden la memoria suele ser por daño de estas estructuras).
El Lóbulo Frontal tiene un papel fundamental en la preservación de la memoria y en el uso que se hace de ésta.
En nuestra próxima entrada explicaremos qué es la demencia y cuales son los signos y síntomas de la misma.