La disfagia se define como la conciencia subjetiva del deterioro en el paso de los alimentos desde la orofaringe al estómago.
Se trata de una afección clínica muy frecuente que afecta alrededor del 13% de la población total de 65 años y a más del 51% de las personas mayores institucionalizadas.
Con una amplia variedad de etiologías, entre estas se diferencian:
- Las estenosis luminales o estrechamientos de la luz esofágica.
- La enfermedad por reflujo gastroesofágico no obstructivo.
- La acalasia esofágica.
- Las afecciones reumáticas: Síndrome de Sjögren, lupus eritematoso sistémico y artritis reumatoide.
- Los medicamentos: neurolépticos, antidepresivos tricíclicos y opioides.
- Los Trastornos neurológicos: accidentes cerebrovasculares, infartos y Enfermedad de Parkinson.
- La disfagia neurogénica hace referencia a los casos en que la patología afecta al sistema nerviosos central, autónomo o periférico.
Por otro lado, a nivel general, se distingue entre disfagia orofaríngea y disfagia esofágica. Además, la primera de ellas con frecuencia conduce a:
- Miedo, depresión, vergüenza y frustración.
- Malestar severo durante las comidas.
- Aspiración con la consecuencia de la inflamación bronquial crónica y neumonía por aspiración.
- Reducción de la ingesta de alimentos y líquidos con las consecuencias de la desnutrición y la deshidratación.
- Disminución de la calidad de vida y aumento del riesgo de mortalidad.
Evaluación de la Disfagia
La evaluación de la disfagia se realiza mediante pruebas de detección, clínicas y/o instrumentales.
- De detección: tienen como finalidad identificar la probabilidad de un deterioro al tragar.
- Clínicas: sirven para confirmar la presencia, la ubicación y la gravedad de una alteración al tragar.
- Instrumentales: tienen el mismo propósito que las pruebas de evaluación clínica, pero en base a ellas se emplea tecnología objetiva para medir la fisiología de la disfagia.
Tratamiento de la Disfagia
El tratamiento de la disfagia se lleva a cabo desde la logopedia y los objetivos del mismo son:
- Evitar la aspiración o la impactación del bolo alimenticio.
- Minimizar la morbilidad y la mortalidad asociadas con las infecciones de tórax y el mal estado nutricional.
Para ello, se diferencia entre el empleo de estrategias compensatorias y estrategias de rehabilitación. Algunas de las más destacadas son:
- Entrenamiento para tragar: ajustes posturales como inclinación de la cabeza, rotación de la cabeza…
- Modificación de la textura de la dieta: se emplean líquidos espesados y alimentos de textura modificada.
- Métodos técnicos: estimulación periférica, estimulación transcraneal con corriente directa, etc.
Referencias
- O’Keeffe, S. T. (2018). Use of modified diets to prevent aspiration in oropharyngeal dysphagia: Is current practice justified? BMC Geriatrics, 18(167), 1–10. https://doi.org/10.1186/s12877-018-0839-7
- Philpott, H., Garg, M., Tomic, D., Balasubramanian, S., y Sweis, R. (2017). Dysphagia: Thinking outside the box. World Journal of Gastroenterology, 23(38), 6942–6951. https://doi.org/10.3748/wjg.v23.i38.6942
- Wirth, R., Dziewas, R., Beck, A. M., Clavé, P., Hamdy, S., Heppner, H. J., … Volkert, D. (2016). Oropharyngeal dysphagia in older persons – from pathophysiology to adequate intervention: A review and summary of an international expert meeting. Clinical Interventions in Aging, 11, 189–208. https://doi.org/10.2147/CIA.S97481