Hoy, 24 de mayo, se celebra el Día Nacional de la Epilepsia con el objetivo de dar visibilidad a esta enfermedad y a las personas que la padecen.
Este año, desde la Federación Española de Epilepsia (FEDE), se ha impulsado la campaña “Un millón de pasos por la epilepsia” con el propósito de poner de manifiesto la necesidad de reducir los plazos en la realización de las primeras pruebas diagnósticas de esta enfermedad.
Pero, ¿qué es la epilepsia?, ¿cuáles son sus principales causas?, ¿existen diferentes tipos de epilepsia?, ¿cuál es su tratamiento?
Epilepsia
La epilepsia es una de las principales enfermedades del sistema nervioso central. Una alteración del cerebro caracterizada por la predisposición a generar crisis epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales que ello conlleva.
Las crisis epilépticas son, por tanto, el síntoma fundamental de los pacientes con epilepsia y se definen por la presencia transitoria de síntomas y/o signos debidos a una actividad anormal excesiva del cerebro. Entre ellos destaca la alteración repentina de la conciencia acompañada de disfunciones motora.
La duración de las crisis epilépticas, normalmente, es de unos pocos segundos o minutos, y entre las causas que pueden desencadenarlas se distinguen los traumatismos craneoencefálicos, los tumores cerebrales, la falta de oxígeno al nacer o la predisposición genética.
En España, se estima que alrededor de 345.000 personas padecen esta enfermedad y aunque la epilepsia puede afectar a cualquier grupo de edad, su incidencia es mayor en niños y ancianos.
A pesar de que existen numerosos tipos de crisis, según la localización de su origen, se diferencia entre crisis generalizadas y crisis focales o parciales, las cuales, a su vez, pueden ser crisis motoras o no motoras. En función del tipo de estas se diagnostica uno u otro tipo de epilepsia teniendo en cuenta, además, la edad de inicio de los síntomas y los antecedentes neurológicos.
La epilepsia, considerada globalmente, se asocia a una alteración neuropsicológica cuyos factores etiológicos son la enfermedad en sí misma (edad de comienzo, etiología, etc) y la medicación (dosis, tipo de fármacos, etc). A nivel cognitivo, las personas con epilepsia suelen presentar disminución del tiempo de reacción y del procesamiento de la información, alteraciones de la memoria, alteraciones del lenguaje y déficit de atención. Para minimizar estas alteraciones cognitivas son fundamentales su diagnóstico y tratamiento precoz.
Entre los métodos diagnóstico más importantes se distinguen la analítica general en sangre, orina y líquido cefalorraquídeo; el electrocardiograma, los tests neuropsicológicos, los electroencefalogramas y la neuroimagen.
Respecto a los tratamientos para la epilepsia, el objetivo fundamental es mejorar la calidad de vida de los pacientes y para ello, las opciones que se diferencian son: el tratamiento farmacológico, el tratamiento quirúrgico, la neuroestimulación y la dieta cetogénica.
La colaboración conjunta de todos los especialistas implicados en la identificación, caracterización y localización de las crisis, así como la elección del tratamiento más efectivo y la detección de las repercusiones que estas tienen sobre los pacientes con epilepsia, es clave para ofrecer una atención multidisciplinar e integral.
REFERENCIAS
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Campos-Castelló, J. (2006). Neuropsicología de la epilepsia: ¿Qué factores están implicados? Revista de Neurologia, 43(Supl 1), S59–S70. https://doi.org/10.33588/rn.43S01.2006393
Centro de Investigación de Ciencias de la Salud de EY. (2018). Epilepsia en acción: Situación actual y propuestas de intervención para mejorar la vida de las personas que viven con epilepsia. Ernst & Young, S.L.
Sociedad Española de Neurología (2012). Guía oficial de práctica clínica en epilepsia. Guías diagnósticas y terapéuticas de la Sociedad Española de Neurología.