Hoy en día todo el mundo conoce el Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad. Su incidencia oscila entre un 5 y un 20% de la población infantil, aunque es cierto que muchos casos no se llegan a diagnosticar.
Debido a su aumento en los últimos años, es uno de los trastornos mentales más preocupantes en la actualidad. Sin embargo, continúa siendo una de las enfermedades más incomprendidas e incorrectamente abordadas. Todavía se cometen muchos fallos en su diagnóstico, pues la simple evaluación de los síntomas no siempre es suficiente para acertar.
Por este motivo, muchos científicos han optado por utilizar escáneres para observar la actividad cerebral en estos pacientes e identificar qué tienen en común todos ellos.
Uno de estos es Daniel Amen, un famoso psiquiatra especializado en el uso de las técnicas de neuroimagen para el diagnóstico de trastornos mentales. Gracias a sus observaciones, Amen se dio cuenta que el TDA no es un trastorno sencillo y único, sino que posee diferentes subtipos y cada uno de ellos tiene un tratamiento distinto.
Amen utiliza una técnica de neuroimagen llamada SPECT (tomografía computarizada de emisión monofotónica), que permite observar el funcionamiento de todo el cerebro. En concreto, el grado de actividad de cada área cerebral. Eso también puede lograrse con la electroencefalografía cuantitativa (qEEG) o mapeo cerebral, un procedimiento muy utilizado en NEPSA.
Tras analizar unos 125000 resultados de SPECT, el doctor Amen encontró coincidencias entre el patrón de actividad cerebral en pacientes con TDA y un conjunto de síntomas específicos. Así, pudo definir 7 subtipos de TDA.
¿Cuáles son los 7 tipos del Trastorno por Déficit de Atención?
TIPO 1: TDA CLÁSICO
Es el más sencillo de detectar, y suele observarse desde los primeros años de vida. Suelen ser inquietos, habladores, impulsivos y desorganizados.
En las exploraciones cerebrales se encuentra una actividad normal del cerebro cuando está en reposo. Sin embargo, se aprecia una reducción de dicha actividad durante tareas de concentración; principalmente en:
– la corteza prefrontal,
– el cerebelo,
– ganglios basales (aquellos que contribuyen a la producción de dopamina).
La dopamina es fundamental para la atención, la motivación, y la velocidad del cuerpo.
Es más frecuente en varones y se manifiesta por los siguientes síntomas:
– Dificultad para mantener la atención.
– Distracción fácil.
– Desorganización.
– Impulsividad.
– Problemas para escuchar a los demás cuando le hablan.
– Descuidos y falta de atención a los detalles, lo que les lleva a cometer errores.
– Olvidos.
– Inquietud, moverse como si un motor les impulsara.
– Dificultades para esperar su turno.
– Hablar excesivamente e interrumpir a los demás.
TIPO 2: TDA INATENTO
Al igual que el anterior, este subtipo también aparece en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Es el segundo más frecuente, y se relaciona con una menor actividad durante tareas que requieren concentración en:
– La parte inferior del córtex prefrontal,
– cerebelo,
– ganglios basales, así como niveles reducidos de dopamina.
Quienes lo presentan son más introvertidos, tranquilos, desorganizados y perezosos. A diferencia del tipo clásico, captan menos la atención de padres y profesores por mostrar menos problemas de conducta. Parece ser algo más común en niñas, y destaca por:
– Dificultad para concentrarse en una tarea.
– Distracción fácil.
– Desorganización.
– Problemas para escuchar a los demás cuando les hablan.
– Dificultades para manejar el tiempo.
– Propensión a perder cosas.
– Prestan poca atención a los detalles, por lo que cometen más errores.
– Olvidos frecuentes.
– Ensoñación excesiva o quedarse “en la luna”.
– Se aburren rápidamente.
– Parecen sentirse apáticos o desmotivados.
– Tienen aspecto de estar cansados o se mueven/reaccionan más lentamente.
– Parecen preocupados o enfrascados en sus pensamientos.
Este subtipo es el que demuestra que no es necesario que exista hiperactividad para que hablemos de TDA.
TIPO 3: TDA “Overfocused” o “hiper-concentrado”
Estos pacientes se caracterizan por grandes dificultades para cambiar su atención de un estímulo a otro, centrándose excesivamente en ciertas tareas y pensamientos.
De esta forma, tienden a quedar atrapados en patrones de pensamiento y comportamientos negativos. En su cerebro se observa:
– Actividad elevada del giro cingulado anterior tanto en reposo como en tareas de concentración. Esto provoca inflexibilidad y dificultades para pasar de una tarea a otra.
– Menor actividad en la parte inferior de la corteza prefrontal, en el cerebelo y ganglios basales.
– Déficit de dopamina y serotonina.
Este subtipo es habitual en toxicómanos, al igual que en hijos y nietos de alcohólicos. Sus principales síntomas son:
– Síntomas típicos del TDA como distracción, pobre control de impulsos, desorganización…
– Preocupación excesiva o sin sentido.
– Enredarse en bucles de pensamientos negativos.
– Predisposición a conductas compulsivas.
– Dificultad para ver otras opciones.
– Rencorosos.
– Problemas para cambiar la atención de un tema a otro.
– Tendencia a aferrarse a su propia opinión e ignorar la de los demás.
– Necesidad de hacer las cosas a su manera, molestándose cuando esto no es así.
– Pueden ser hiperactivos o no.
TIPO 4: TDA del lóbulo temporal
En este caso, se manifiestan síntomas distintivos del TDA además de aquellos relacionados con alteraciones en el lóbulo temporal. Es decir, dificultades del aprendizaje y de memoria, inestabilidad emocional, agresividad, ataques de ira y paranoia leve. Puede aparecer también en individuos que han sufrido daño cerebral adquirido.
En los escáneres cerebrales se manifiesta:
– Disminución de la actividad (y a veces, aumento) en los lóbulos temporales tanto en reposo como en la concentración.
– Reducción de la actividad en la parte inferior de la corteza prefrontal, en el cerebelo y ganglios basales durante la concentración.
Sus síntomas más característicos son:
– Síntomas propios del TDA.
– Dificultades en la memoria.
– Problemas en el procesamiento auditivo.
– Alteraciones visuales, como ver sombras u objetos que cambian de forma.
– Dificultades de aprendizaje.
– Irritabilidad.
– Episodios de ira.
– Periodos de confusión.
– Deja vu.
– Dolores de cabeza o abdominales sin razón identificable.
– Antecedentes de daño cerebral.
– Episodios de miedo o pánico sin motivo.
– Paranoia leve.
– Pensamientos negativos, que pueden incluir suicido u homicidio.
– Puede mostrar hiperactividad o no.
TIPO 5: TDA LÍMBICO
Se trata de TDA acompañado de una leve tristeza crónica, aunque no se considera depresión. Se caracteriza por mal humor, poca energía, sentimientos de culpa excesiva e impotencia y baja autoestima crónica.
Mediante escáner cerebral se observa:
– Aumento de la actividad (en reposo y durante la concentración) del sistema límbico del cerebro, un área que regula el estado de ánimo.
– Disminución de la actividad de la corteza prefrontal, el cerebelo y ganglios basales.
Estos pacientes destacan por:
– Presentar los síntomas principales del TDA.
– Mal humor y pesimismo.
– Poca energía.
– Irritabilidad.
– Tendencia al aislamiento social.
– Sentimientos de desesperanza y desamparo.
– Culpabilidad.
– Pérdida de interés en las cosas.
– Alteraciones en el sueño, pudiendo dormir excesivamente o muy poco.
– Baja autoestima crónica.
– Pueden ser hiperactivos o no.
TIPO 6: TDA “anillo de fuego”
Su nombre se debe a que, en las exploraciones cerebrales, se observa un anillo de hiperactividad alrededor del cerebro.
Este subtipo se caracteriza por un exceso de actividad en todo el cerebro. Estos pacientes suelen sentirse abrumados por sus propios pensamientos y emociones. Pueden mostrar hipersensibilidad a la luz, a los ruidos, al tacto… Así como problemas de conducta, comportamiento impredecible, habla rápida y ansiedad.
Además, en este caso, los medicamentos estimulantes por sí solos pueden ser perjudiciales. Suele asociarse con alergias, infecciones cerebrales y trastorno bipolar.
Los síntomas más distintivos son:
– Síntomas básicos del TDA.
– Mayor sensibilidad al ruido, luz, tacto o ropa.
– Altibajos emocionales.
– Pensamiento inflexible y rígido.
– Conflictivo e irritable.
– Episodios de comportamiento insensible, mezquino o desagradable.
– Periodos de incremento de la locuacidad.
– Comportamiento difícil de predecir.
– Episodios de aumento de la impulsividad.
– Pensamiento acelerado y habla rápida.
– Aspecto de estar ansioso o temeroso.
– Puede ser hiperactivo o no.
TIPO 7: TDA ANSIOSO
Estos pacientes poseen signos de TDA acompañados de síntomas de ansiedad como tensión, dolores de cabeza y de estómago, bloqueo ante situaciones temidas, y sensación de que va a ocurrir algo terrible. De esta forma, los síntomas del TDA tienden a magnificarse por la ansiedad.
Sus cerebros muestran:
– Una baja actividad en la corteza prefrontal y cerebelo.
– Hiperactividad en los ganglios basales (lo que se asocia con ansiedad).
Este subtipo destaca por:
– Síntomas típicos del TDA.
– Sentirse ansioso o nervioso con frecuencia.
– Síntomas físicos de estrés, como dolores de cabeza o de estómago.
– Bloquearse en situaciones sociales.
– Temor a ser juzgado.
– Espera siempre que va a suceder lo peor.
– Evita conflictos y enfrentamientos.
Referencias
- ADD / ADHD. (s.f.). Recuperado el 10 de mayo de 2017, de Amen Clinics: http://www.amenclinics.com/conditions/adhd-add/
- Amen, D. (2013). Healing ADD Revised Edition: The Breakthrough Program that Allows You to See and Heal the 7 Types of ADD. New York, NY: Berkley Trade.
- Why Take the ADD / ADHD Type Test? (s.f.). Recuperado el 10 de mayo de 2017, de ADD TYPE TEST by Amen Clinics: http://addtypetest.com/
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